Tras estudiar la morfología del cráneo y las vértebras cervicales de Magericyon anceps, un mamífero carnívoro que vivió en el Mioceno superior (hace unos 9 millones de años), paleontólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Alcalá han comprobado que era un depredador extremadamente eficaz. Los análisis revelan que esta especie fósil tenía un cuello dotado con una fuerte musculatura que le permitía realizar potentes movimientos laterales y rotatorios con la cabeza y así matar y descarnar a sus presas convirtiéndolo en un cazador muy eficiente.